ADICCIONES

¿Qué son las adicciones?

Las adicciones suponen la realización de una determinada conducta o el consumo de una sustancia específica, con la imposibilidad o dificultad de la persona para controlar sus actos. La dependencia emocional o física puede ser de mayor o menor gravedad, y suele implicar un riesgo para la salud física, mental o emocional de la persona, poniendo en riesgo su bienestar.

Entendemos que hay adicción cuando una actividad particular adquiere una importancia significativa en la vida de la persona y domina sus pensamientos, sentimientos y conducta. Por lo tanto, lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la dependencia, sino la relación que se establece con ella. Es una relación negativa que la persona se muestra incapaz de controlar.

Adicciones a sustancias: alcohol, anfetaminas, cocaína, cafeína, cannabis, alucinógenos, inhalantes, fármacos sedantes, hipnóticos o ansiolíticos, tabaco.

Adicciones sin sustancia: sexo, pornografía, masturbación, nuevas tecnologías (videoconsola, móvil, redes sociales), juego…

¿Cómo se manifiesta?

Pérdida de autocontrol: frecuentemente consumen la sustancia o realizan la conducta en cantidades o durante periodos superiores a los que pretendían. Además, suelen aparecer intentos repetidos de abandonar o limitar el consumo sin éxito.

Deterioro de la calidad de vida y abandono de responsabilidades: Las personas que presentan una adicción suelen tener problemas crónicos o repetidos en distintas áreas de la vida. Pueden descuidar a la familia, su empleo, sus actividades de ocio y amistades a favor del consumo de la sustancia o la realización de la conducta adictiva.

Conducta obsesiva: buscan las sustancias con ansia y la idea de consumirla, o de realizar la conducta, aparece de manera reiterada e intrusiva.

Comportamiento autodestructivo: los consumidores adoptan comportamientos que implican riesgo físico o que comprometen su estabilidad mental y emocional. Pueden así poner en riesgo sus trabajos y/o sus relaciones personales. Además, en ocasiones las conductas de consumo pueden tener consecuencias legales y aún así, persisten.

Conducta de búsqueda: de entornos o situaciones en los que la persona pueda satisfacer su adicción.

Negación: el autoengaño es un mecanismo de defensa que aparece con frecuencia en las personas con alguna adicción, para disminuir la ansiedad o el dolor que le causa su problema.

Complicaciones fisiológicas: puede desarrollarse tolerancia, teniendo la persona que consumir más para obtener los mismos efectos. Una vez se suspende el consumo, la persona puede experimentar síntomas de abstinencia y sentir un elevado nivel de ansiedad que le empuja a consumir de nuevo. Otros síntomas son: urgencia por consumir, nerviosismo, ansiedad, problemas de sueño, irritabilidad, tristeza, dudas, etc.

¿En qué consiste el tratamiento?

En el ámbito de la intervención psicológica ha sido el enfoque cognitivo-conductual el más ampliamente utilizado en adicciones y más validado científicamente. Además, complementamos la intervención enfocando también la terapia hacia la aceptación y compromiso, facilitando que la persona aprenda a tomar contacto con el centro de sus dificultades, a reaccionar de manera adecuada ante el malestar derivado de la abstinencia, y a la consecución de sus valores y objetivos.