En todas las relaciones personales que mantenemos, y más en las cercanas e importantes para nosotros, es necesario cierto nivel de dependencia. Pero esta dependencia puede ser sana o por el contrario convertirse en algo poco saludable donde la persona puede llegar a soportar maltrato físico, verbal, humillaciones y/o desprecios con tal de complacer a la otra persona y no ser abandonada.
La persona dependiente puede ver afectada su salud física y mental, experimentando síntomas de ansiedad o depresión, siendo incapaz de dejar la relación o poner límites a la misma a pesar de su malestar y sufrimiento.
¿Cómo se manifiesta?
Los síntomas más habituales son: baja autoestima, dificultades en comunicar necesidades o emociones de forma asertiva, ansiedad, bajo estado de ánimo, dificultad en la toma de decisiones sin la aprobación de otros, sentimiento de inseguridad, dificultad para hacer las cosas por uno mismo, temor a dar su opinión y a experimentar rechazo, incomodidad y sensación de vacío ante la soledad, permanecer en relaciones poco gratificantes y dejar normalmente a un lado las necesidades propias o preferencias a favor de las de los demás.
El primer paso es aceptar y reconocer que estamos en una situación de dependencia. En L A M P S I podemos ayudarte a recomponer y reforzar tu autoestima, ganar independencia y sentirte capaz de decidir desde el amor y el respeto hacia ti mismo y hacia los demás.