Las personas con esta afección temen objetos o situaciones específicos, como tormentas, animales, alturas, viajar en avión, hablar en público, tormentas, sangre, sitios cerrados (claustrofobia), lugares donde pudieran tener una dificultad para conseguir ayuda en caso de experimentar ansiedad (agorafobia), situaciones en las que pudieran ser ridiculizados o juzgados (fobia social), cualquier situación que pudiera causar asfixia, o cualquier situación o interacción que pudiera causar el desarrollo de una enfermedad.